Mona Lisa en apuros
EL SECRETO DE LEONARDO DA VINCI Por Eduardo González
Ese Año Nuevo, en París, roban del museo del Louvre el
cuadro La Gioconda
y un libro de recetas de Leonardo da Vinci. En la Argentina , en el pueblo
de Filix Araxi, el joven detective Pilo Montaliú deberá viajar a Jujuy para
investigar este extraordinario robo. Acontecimientos tan disparatados y
aparentemente distantes suceden en El secreto de Leonardo da Vinci, novela de Eduardo González. El autor de Cementerio clandestino y El fantasma de
Gardel ataca el Abasto ofrece ahora al lector un texto ameno, ingenioso y,
aunque no lo parezca en un principio, profundamente argentino.
La primera virtud de El secreto de
Leonardo da Vinci es la capacidad de González de plantear su intriga central en
las primeras diez páginas, lo que atrapa al lector desde el comienzo. Se trata
de una novela con muchísimos ingredientes que, a medida que avanza, van
enriqueciendo y volviendo más compleja la trama. El secreto.. es una y muchas
novelas a la vez. Si bien pertenece al género policial, posee diferentes
elementos de la novela de aventuras, pero también de la ciencia ficción y de la
novela costumbrista. El personaje principal se inscribe además en la lista de
aquellos jóvenes protagonistas de las novelas de educación, que van
descubriendo y conociendo el mundo.
Pilo es un adolescente muy
parecido a nuestros contemporáneos y su compleja composición pone en evidencia
el notable conocimiento de González de la experiencia de vida de los jóvenes de
hoy, pocas veces tan bien reflejados en las novelas que pretenden representarlos.
"Uso un aro en la ceja izquierda, me encantan las motos y el surf; tengo
una Harley Davidson roja y soy feliz galopando las olas. El ruido de la tabla
al golpear las olas sobre el mar es la música de mi libertad", se define
Pilo. El inquieto detective es además un hacker avezado, fanático de la música
del grupo Catepecu Machu y la filosofía del rock
& roll, héroe en el afuera y, a
la vez, un "bebe" en la intimidad. Pilo es un típico pibe piola argentino
que alardea de sus conocimientos, y a la vez, se emociona cuando sobrevuela la Quebrada de Humahuaca.
Hay mucho delirio en la composición de otros personajes de la novela, como la
curandera Potola y el Bocha Roldán, un maquinista que estudia el carácter
infinitesimal del canto de la mulita.
Quizás el aspecto más interesante
de El secreto.. resida en la superposición de tiempos con que trabaja González.
Los saberes y las prácticas más avanzados de la informática, con crackers,
chats y firewalls incluidos, conviven con formas de vida antiguas y telúricas:
los viejos trenes del Ferrocarril del Norte, la costumbre del mate y los áridos
paisajes y personajes del norte argentino. La novela trabaja con la
intertextualidad y las citas de, por ejemplo, El tulipán negro, Los tres
mosqueteros, El nombre de la rosa, Don Segundo Sombra, así como del Tizón de
Fuego en Casabindo y de textos anteriores del mismo González.
El secreto de Leonardo da Vinci es un policial para niños
de 11 años en adelante que merece estar al alcance de los adolescentes. Una
novela "suculenta", como dice constantemente su peculiar
protagonista. .
Nora Lía Sormani en suplemento cultura de La Nación